I´m just a jealous girl
¿Cómo?...pero...qué me estás contando...(...) por Dios, pero por favor...(...) ¿ pero qué ha pasado...? (...) pero no puede ser...¿y dónde...? (...)...voy para allá...
El silencio de la madrugada, con sus manos en la cara primero y los dedos en las cuencas de los ojos después, dejaba bien a las claras que algo no iba bien. Seco y directo, Raúl lo disparó sin más.
- Ana ha muerto.
El cacharro parecía no querer andar. Demasiado lento para una autovía, el coche de Raúl aparentaba no querer llegar a su destino. Al volante y con la mirada fija en el asfalto, pude ver en el rostro recién duchado de Raúl como sus diez años de relación con ella pasaban por delante. Mientras disimulaba arreglándome el pelo en el espejo retrovisor me llegó el primer latigazo. Una sensación extraña, eléctrica.
La primera persona que le abrazó a la entrada del velatorio fue la hermana. Parecida a ella en fotos y con la nariz rojiza y ensanchada del sofoco, dió a Raúl unas escuetas explicaciones sobre el suceso que me parecieron torpes e imprecisas. Decidí quedarme en un segundo término cuando comprobé la expectación provocada por nuestra silenciosa llegada. Treintañeros y señoras de avanzada edad necesitaron mirarle dos veces para descubrir al educado y apuesto joven que conocieron hace más de un lustro y que se desfiguraba bajo una sincera amargura. Tras dar la mano a dos desconocidos, Raúl se derrumbó cuando se encontró con Isabel. En medio de su abrazo, sentí el segundo punzamiento. Mientras los miraba pensé que nunca me cayó bien la tal Isabel. Raúl me había contado, una noche que acabamos en bronca, las juergas de los tres, sus escapadas a una playa nudista en Almería y su espontaneidad y desparpajo para alegrar momentos imposibles. Me alegré de que esta vez no fuese capaz de solucionar el problema con su gracejo. Raúl se fue serenando poco a poco y tras el último trago con los padres se encaminó a mi neutral posición.
Nunca le había visto llorar. Nunca. Jamás. Serio, intenso, afectado, cercano y sensible pero no llorando. Al verle perdido por dónde guardarse el clinex, se lo recogí de la mano y lo agarré con fuerza en la mía mirándole fijamente, como echándole en cara su nueva sensibilidad y desahogando mis fuerzas de paso. A la llegada de caras que recordaba haber visto en videos y más fotos, Raúl se volvió a mostrar muy débil y yo me sentí obscena por mi molestia. El tercer latigazo me llevó a imaginarles juntos y sonrientes antes de conocerme y a pensar en la buena pareja que hacían, los motivos de su ruptura y la poca similitud con nuestros problemas actuales. Pensé en mi futuro con Raúl, en un sofá con una tele, en unos extraños niños y en lo que él hubiera sentido si hubiera sido yo la elegida, en si lo habría sentido tanto. En si habría llorado. El cuarto latigazo vino acompañado de una extraña sensación de placer cuando oí a unos señores salir del velatorio hablando de Ronaldinho. “Es la poya” decía uno y soplaba agitando la cabeza admirado a la vez que el otro asentía consecuente. Me alegré mucho de que alguien frivolizara la muerte de ella, que fueran allí a cumplir y no sintieran de veras la pérdida. Que hablaran de poyas en el día de su muerte. Les seguí hasta la cafetería del tanatorio con una sonrisa en los labios al acordarme de unos viejos amigos que venían allí a terminar la fiesta cuando les cerraban los bares. Sin embargo y a pesar mío, al encontrarme a Raúl llorando con su madre enfrente de dos tilas me avergoncé de mí misma. Fijé la vista en el hilo colgante de la taza y me sonrojé. Luego me dió igual. En realidad me sentía muy humana. Una humana que nunca se había enfrentado a un fantasma.
El silencio de la madrugada, con sus manos en la cara primero y los dedos en las cuencas de los ojos después, dejaba bien a las claras que algo no iba bien. Seco y directo, Raúl lo disparó sin más.
- Ana ha muerto.
El cacharro parecía no querer andar. Demasiado lento para una autovía, el coche de Raúl aparentaba no querer llegar a su destino. Al volante y con la mirada fija en el asfalto, pude ver en el rostro recién duchado de Raúl como sus diez años de relación con ella pasaban por delante. Mientras disimulaba arreglándome el pelo en el espejo retrovisor me llegó el primer latigazo. Una sensación extraña, eléctrica.
La primera persona que le abrazó a la entrada del velatorio fue la hermana. Parecida a ella en fotos y con la nariz rojiza y ensanchada del sofoco, dió a Raúl unas escuetas explicaciones sobre el suceso que me parecieron torpes e imprecisas. Decidí quedarme en un segundo término cuando comprobé la expectación provocada por nuestra silenciosa llegada. Treintañeros y señoras de avanzada edad necesitaron mirarle dos veces para descubrir al educado y apuesto joven que conocieron hace más de un lustro y que se desfiguraba bajo una sincera amargura. Tras dar la mano a dos desconocidos, Raúl se derrumbó cuando se encontró con Isabel. En medio de su abrazo, sentí el segundo punzamiento. Mientras los miraba pensé que nunca me cayó bien la tal Isabel. Raúl me había contado, una noche que acabamos en bronca, las juergas de los tres, sus escapadas a una playa nudista en Almería y su espontaneidad y desparpajo para alegrar momentos imposibles. Me alegré de que esta vez no fuese capaz de solucionar el problema con su gracejo. Raúl se fue serenando poco a poco y tras el último trago con los padres se encaminó a mi neutral posición.
Nunca le había visto llorar. Nunca. Jamás. Serio, intenso, afectado, cercano y sensible pero no llorando. Al verle perdido por dónde guardarse el clinex, se lo recogí de la mano y lo agarré con fuerza en la mía mirándole fijamente, como echándole en cara su nueva sensibilidad y desahogando mis fuerzas de paso. A la llegada de caras que recordaba haber visto en videos y más fotos, Raúl se volvió a mostrar muy débil y yo me sentí obscena por mi molestia. El tercer latigazo me llevó a imaginarles juntos y sonrientes antes de conocerme y a pensar en la buena pareja que hacían, los motivos de su ruptura y la poca similitud con nuestros problemas actuales. Pensé en mi futuro con Raúl, en un sofá con una tele, en unos extraños niños y en lo que él hubiera sentido si hubiera sido yo la elegida, en si lo habría sentido tanto. En si habría llorado. El cuarto latigazo vino acompañado de una extraña sensación de placer cuando oí a unos señores salir del velatorio hablando de Ronaldinho. “Es la poya” decía uno y soplaba agitando la cabeza admirado a la vez que el otro asentía consecuente. Me alegré mucho de que alguien frivolizara la muerte de ella, que fueran allí a cumplir y no sintieran de veras la pérdida. Que hablaran de poyas en el día de su muerte. Les seguí hasta la cafetería del tanatorio con una sonrisa en los labios al acordarme de unos viejos amigos que venían allí a terminar la fiesta cuando les cerraban los bares. Sin embargo y a pesar mío, al encontrarme a Raúl llorando con su madre enfrente de dos tilas me avergoncé de mí misma. Fijé la vista en el hilo colgante de la taza y me sonrojé. Luego me dió igual. En realidad me sentía muy humana. Una humana que nunca se había enfrentado a un fantasma.
16 comentarios
big boiled -
belle -
Una espía en tu blog -
Y B)porque todos sabemos que eres facilona de por sí.
Pd: señor Boiled, el relato me ha gustado. Que asquerosamente humanos somos todos, y lo peor, es que no tiene remedio. Aunque claro, las chicas sexys no nos ponemos celosas :)
red sex toxic -
Fachinaos del mundo, uníos y venid en mi ayuda!!!
restituta -
En fin,soy una sinvergüenza,no te preocupes,Red,se me pasará.
Ni se te ocurra decirme ahora que no sabías que el 7 de febrero era mi cumple,porque no sobreviviría a una vuelta de tuerca más!!!!!!!
Me voy,me voy...que no puedo con la vergüenza...
jajajajajajaja...
restituta -
Chau,Uta.
restituta -
big boiled -
margerite -
big boiled -
restituta -
Segundo:No sabía que tiene treinta años,le felicito.Y si los ha cumplido este mes,como yo los 25,puedo explicarme mejor que esté usted tan loco(interprételo en el mejor sentido,o,en su defecto,como usted quiera).Malditos acuario,la astrología nos persigue como la religión y el pasado(no es tan profundo como parece),aunque nunca jamás me ha pillado nadie leyéndo el horóscopo.
Y en tercer lugar:al fin le he hecho caso a mis amigos,he tirado mi vagancia por le ventana y me he abierto un blog.Pásese,manque sea por puritita curiosidad,porque no sé cuánto me durará este arranque productivo.Falsaalarma.blogia.com.
En realidad sólo venía a robarle clientela...ah! y ha decirle lo de la excitación hormonal,que también me parece muy relevante.
Me voy con el calentón a otra parte.
Chau,Uta.
big boiled -
nosfe -
nosfe -
Perdón por mi ignorancia pero ¿qué significa \"jelous\"?
La-Ruina -
big boiled -